Altair Rodriguez.- La agricultura convencional o industrial está en crisis. Sus negativos impactos ecológicos, de salud y socio-económicos se hacen cada vez más evidentes: contamina y desgasta el suelo con agroquímicos que enferman; elimina la biodiversidad a través de la deforestación, el monocultivo y el control de la comercialización de semillas; obliga a los pequeños y medianos agricultores a endeudarse constantemente para obtener insumos agrícolas; y perpetúa condiciones laborales de explotación.
En respuesta a esta preocupante realidad, en todo el mundo está creciendo laagroecología, que busca producir alimentos en armonía con la naturaleza, promoviendo la biodiversidad y los policultivos, así como los insumos y fertilizantes ecológicos (con estiércoles, lombrices, “bioles”, composta, etc.). A la vez, cada vez más personas buscan alternativas para consumir productos más sanos y producidos en condiciones más justas, a través de cooperativas, mercados de agricultores ecológicos y tiendas de productos orgánicos.
En República Dominicana desde los años 80 distintas instituciones no gubernamentales han apoyado el desarrollo de la agricultura ecológica, es decir, cultivos sin químicos sintéticos ni semillas transgénica.
Muchos campesinos cultivan de forma ecológica simplemente porque no tienen acceso a préstamos para comprar insumos químicos, pero en muchos casos no están conectados con mercados de distribución. Algunos llevan más de 20 años produciendo cacao, guineo, café, coco o mango orgánico a través de diversas cooperativas de productores, lo que ha convertido a nuestro país en uno de los principales exportadores orgánicos de estos rubros en todo el mundo.
Actualmente los productos orgánicos (certificados por un organismo nacional o internacional que valida su condición de ecológicos) solo representan el 6% del área agrícola cultivada en el país y la gran mayoría se exportan[2] en lugar de consumirse a nivel nacional. Aun así, para quienes viven en Santo Domingo, cada vez existen más opciones para consumir frutas y vegetales locales y ecológicas.
Mercados agro-ecológicos en Santo Domingo
Uno de los pioneros en la oferta de productos ecológicos es el Mercado Eco Aldea GAIA-Santo Domingo, promovido por Rodolfo Pierre y su esposa Gisela desde hace más de 15 años. Convencidos de la necesidad de “volver al conuco” y de transformar la producción y el consumo de alimentos en el país, han trabajado con distintos agricultores por muchos años, y ahora empiezan también a producir una parte de los vegetales que ofertan cada viernes.
También está el Proyecto Eco Aldea el Batey (ECOBATEY), un asentamiento familiar ecológico en la loma de Mahoma en Rancho Arriba, donde viven Jesús García y su esposa Tatiana. Cada dos semanas ambos bajan a la capital y venden directamente sus productos a quienes les hacen sus pedidos con anticipación.
El Mercado Orgánico, de Benita García, trabaja desde hace años con decenas de productores en varias partes del país y cada miércoles entregan sus productos en su local en el ensanche Mirador Sur.
Más recientemente han surgido cooperativas de consumidores como Tureygua, donde integrantes de la Fundación El Arte de Vivir obtienen sus vegetales semanalmente.
Durante años este tipo de proyectos se han mantenido y crecido a través del “boca a boca”, entre amigos y conocidos que recomendaban esta alternativa a los supermercados. Muchos implementan un sistema de venta por pedido semanal, que les garantiza vender toda la cosecha, y se basan en la confianza con el vendedor, ya que no suelen utilizar certificaciones internacionales.
Ante el reciente aumento de la demanda de productos ecológicos, han surgido proyectos de corte más comercial. En 2014 abrió Terra Verde en el Centro Comercial 360, una iniciativa de Zaura Muñiz, que empezó a llevarle este tipo de productos semanalmente a un público más amplio.
También la tienda Orgánica, que lleva más de 10 años importando productos alimenticios, cosméticos y de limpieza, empezó a vender vegetales ecológicos locales. Esta tienda funciona además como restaurante vegetariano, ofreciendo platos con productos locales y sanos, al igual que C-Orgánico en Gazcue (que también vende frutas y vegetales de productores de Yamasá) y Kalenda en la Ciudad Colonial.
En definitiva, las alternativas para adquirir alimentos más sanos en Santo Domingo ya existen. A medida que más personas tomen consciencia, la tendencia se irá estableciendo y el movimiento de agroecología y consumidores conscientes podrá seguir creciendo en el país.
Fuente: El Grillo