En el marco de la economía feminista, es importante el reconocimiento y la adopción de acciones de la gestión de la economía del cuidado, especialmente del cuidado de la familia y de la reproducción de la vida, En la actualidad esto recae principalmente en las mujeres y los Estados no reconocen este trabajo.
Aunque no se remunere, esta labor se debe reconocer como parte de los aportes que hacen las personas para la reproducción de la vida humana desde la infancia hasta la vejez. Los Estados deben generar sistemas de protección social para que las mujeres se puedan liberar de este trabajo y así no excluirlas de la vida política.